Según Circana, el sector de la restauración en España cerró 2024 con un gasto de más de 42.500 millones de euros, lo que representa un crecimiento del 2,1% en comparación con el año anterior. Este aumento se debió principalmente a un incremento del 2,5% en el tique medio, a pesar de una ligera caída del 0,4% en el número de visitas. Esto sugiere que los consumidores son más selectivos y ajustan sus hábitos de consumo.
La restauración de marca mostró un gran dinamismo, alcanzando casi el 31% de la cuota de mercado, su máximo histórico. En contraste, la restauración independiente enfrentó desafíos, con una significativa pérdida de tráfico, especialmente en los locales de menús de mediodía y aquellos sin especialidad gastronómica.
La multicanalidad del consumidor se consolida, con la sala como principal canal (74% del gasto total), pero las opciones de consumo fuera del local (delivery y take away) ya concentran uno de cada cinco euros gastados. Aunque el delivery tradicional (telefónico) disminuye, los canales digitales (agregadores y apps propias) continúan creciendo fuertemente.
El precio sigue siendo un factor determinante para el 63% de los consumidores, pero la recomendación de familiares y amigos (40%) y las valoraciones online también influyen en la decisión. La calidad de la comida y bebida, junto con un ambiente atractivo, son claves para atraer tráfico.
Para un 2025 exitoso, el sector debe ir más allá de los promedios y enfocarse en las necesidades del consumidor, ajustando los precios, potenciando la hiperpersonalización y la tecnología. Además, la reducción del teletrabajo se presenta como una gran oportunidad, ya que más del 20% de las ocasiones de consumo están ligadas al entorno laboral.